viernes, 4 de noviembre de 2011

Colores del otoño

El breve otoño del que disponemos nos permite tener unos pocos días en los que podemos disfrutar de un colorido especial. Os pongo las imágenes de mis dos Gynco biloba, con sus hojas amarilla, y de mi Acer buergerianum, de un intenso rojo. Cuando pierdan las hojas por completo sera el momento de aclarar las ramas, podándo y dando forma al árbol, de retocar los yin y de limpiar el tronco.



sábado, 16 de julio de 2011

Los árboles de desarrollo vertical

Es muy poco frecuente encontrar en el bonsái árboles de desarrollo exclusivamente vertical. Me refiero a cipreses, secuoyas o álamos. Son árboles que se prestan poco al trabajo creativo propio delo cultivo del bonsái. Sin embargo son sencillos de cultiva en general, y dan resultados gratificantes en poco tiempo.
En el caso de los cipreses, el trabajo se limita a controlar la altura al tamaño asignada al bonsái, con un pinzado continuado, y a mantener la forma del mismo modo. Se pueden conseguir árboles de gran porte, pero también de pequeño tamaño, como los que se muestran en la foto. Su desarrollo vertical también permite organizarlos en forma de bosques compactos.
Pareja de cipreses, cultivados desde semilla obtenida en el Carmen de los Mártires en Granada (8 años)

El cultivo mediante semillas es sencillo y relativamente rápido.
En el caso de los de hoja caduca, como las variedades de álamos, es necesario alambrar las ramas para mantener la característica posición vertical de estos árboles en la naturaleza.
Bosque de cipreses

domingo, 26 de junio de 2011

Trabajos en un arce negundo

El negundo (acer negundo) es un arce muy poco frecuente como bonsái, a presar de que resulta muy fácil cultivar sus semillas. Hoy en día es muy frecuentes en las ciudades , por lo que están muy acostumbrados a nuestros climas y contaminación.
El motivo por el que no se suele cultivar es por el gran tamaño de su hoja compuesta. Es una hoja con entre tres y siete foliolos, difícil de reducir, con un peciolo también excesivamente largo; en estado natural puede llegar a medir 25 cm.
Este árbol lo he cultivado desde la semilla original que planté hace 19 años. En este tiempo he logrado reducir notablemente el tamaño de la hoja (actualmente ninguna supera los 10 cm, contando el peciolo) y darle un aspecto interesante de bonsái. Mi mayor logro con este árbol es su nebari, que en mi opinión está muy logrado, desarrollándose de una forma muy uniforme en torno al tronco; esto parece un objetivo razonable cuando se cultiva al árbol desde semilla. En la actualidad su altura es de 57 cm.
Un recurso que utilizo para disminuir la aparecía de sus hojas es cortarles el foliolo central a aquellas especialmente grandes o que se desarrollan hacia puntos que afeen al árbol. Dado que en este bonsái son únicamente tres los foliolos que desarrolla, sólo quedan los dos laterales.
El sustrato en el que crece es una mezcla al cincuenta por ciento de akadama y arena de río, y crece en un lugar muy soleado y ventilado.

 Imágenes del nebari.
 Una pequeña tortuga china adorna su base.
 La pequeña hoja de tres foliolos de este bonsai...
 ...y el aspecto que toma tras haberle recortado el foliolo central.
Aspecto del árbol en el verano de 2011.

sábado, 11 de junio de 2011

Trabajos en un pino piñonero

Recuperé este pino piñonero (pinus pinea) de la naturaleza en 2006; tendría unos seis años aproximadamente en ese momento y un aspecto poco prometedor, pero respondía a mi interés por trabajo con esta especie autóctona. Lo dejé crecer durante dos años en una maceta de entrenamiento grande hasta que vi que se recuperaba y que se desarrollaba como para empezar a darle forma.


Un año después de ser recuperado (2007) creciendo en una maceta de entrenamiento.

Al principio sus ramas eran escasas y no mostraban posibilidades claras de futuro. Sin embargo, el árbol creció con vigor y la rama más baja, que había reservado como la primera rama, se desarrollo correctamente.


Otoño de 2008

Como se ve en la foto, en otoño de 2008, las ramas eran vigorosas y estaban densamente pobladas de agujas. Ya en este momento había empezado a seleccionar las ramas que quería mantener. Yo soy conservador en esa fase del trabajo y prefiero no cortar demasiadas ramas, no porque no sepa cuáles quiero conservar y cuáles no, sino por el temor de que aquellas que he conservado pudieran secarse o desarrollarse mal y dejar el árbol completamente indefenso. Por eso prefiero hacerlo lentamente y no cortar una rama secundaria hasta que la rama elegida crece bien.
También empecé a seccionar las yemas que quería que se abrieran al año siguiente, pero sin recortar las ramas drásticamente, lo que me parecía prematuro. Suelo dejar dos en la punta y todas las que hay más atrás, evitando las opuestas.
A finales del verano de 2010 decidí trabajarlo de una forma ya completamente ortodoxa. Al abrirse las nuevas yemas eliminé las agujas antiguas para que la luz llegará a las ramas interiores. Realice un nuevo corte de ramas eliminables y alambré la mayor parte de ellas,  Al finalizar el verano recorté las ramas seleccionado unas pocos aguas nuevas del año; de este modo la rama se acorta de cara al desarrollo del año próximo y produce yemas no sólo en el extremo. Lo hice nada más en la rama inferior, suficientemente larga, pero no en las ramas superiores, ya que allí quería dejar el crecimiento rápido de algunas de las ramas dejando que se alargaran plenamente con sus yemas finales, que siempre son más fuertes que las que salen en segunda opción después de la selección de agujas, que son más débiles y adecuadas para ramas ya formadas que no queremos que crezcan demasiado rápido.




Otoño de 2010

El árbol ya estaba tomando el aspecto que quería darle. Ligeramente inclinado hacia la izquierda, con una primera rama desarrollándose hacia la derecha, creando un equilibrio imaginario de pesos. Para que haya un equilibrio formal y visual en el árbol, es necesario que crezca una segunda rama potente por la izquierda y que cuelgue, creando un contrapunto con la rama del otro lado. El ápice aún no estaba muy definido, ya que dudaba entre dos ramas.
Este año de 2011, después de un crecimiento perfecto de las yemas, tanto las que están en las ramas que no había recortado, como en las recortadas, me ha permitido trabajar aún más la forma.



Verano de 2011 antes de empezar a trabajarlo.

Lo primero que hice este año fue eliminar las agujas del año anterior para permitir que el árbol se aireará y que recibiera luz. A continuación alambre las ramas, y curvé con un cable la segunda rama, la que se desarrolla hacia la izquierda para que bajara y equilibrara el perfil del árbol. Las ramas del siguiente estrato han crecido hacia la derecha y siguen ofreciendo los contrapuntos visuales que necesita el árbol.
Aún tendré que eliminar varias ramas, alguna de ellas gruesa, pero lo dejaré para otro año. Igualmente, para el año próximo, cuando haga un recorte de raíces, elegiré una nueva maceta más acorde con su porte actual. Por otro lado sigo teniendo dudas sobre la rama que utilizaré para el ápice.


Estado actual del pino
 

domingo, 29 de mayo de 2011

Trabajos con un madroño

Encontré un madroño de porte medio en 2003 en un vivero, ofrecido como arbusto decorativo de jardín, y creí ver en él potencial para convertirlo en un bonsái. Después de adquirirlo lo podé drásticamente dejando el arranque de las ramas principales nada más.  Le quité la mayoría de las hojas y realicé una primera reducción del cepellón. Lo planté en una maceta de entrenamiento grande y esperé a ver cómo progresa. El resultado fue positivo y empecé a pensar en cómo diseñarlo para un futuro bonsái.
El madroño es un árbol que puede brotar tras de una poda radical desde cualquier punto de su madera, por eso no me importó la poda que hice. Esperé a ver los nuevos brotes, que aparecieron generosamente, y los seleccione para que las ramas que brotaran le fueran dando forma.
 El madroño como bonsái tiene un inconveniente, y es el alargamiento excesivo de sus ramas, que tienden a desarrollar únicamente la yema final; eso provoca una forma muy poco estética de su imagen. El procedimiento clásico de resolverlo es podarlo drásticamente cada 4 ó 5 años, cuando el árbol ha perdido su forma. Tras esa poda hay que esperar a que los nuevos brotes surjan en el sitio deseado, algo que no siempre ocurre.
Yo utilizo otra técnica que espacia esas podas varios años más. Consiste en podar las ramas, justo antes de que empiece el árbol a brotar en primavera, dejando dos o tres hojas del año anterior nada más. De este modo reduzco mucho las ramas que se han crecido la primavera anterior, pero controlando los puntos de brotación. El árbol tardará en volver a iniciar la brotación unas semanas, pero si la rama está sana y hay suerte, en cada rama, en el lugar donde quedaron las hojas, se abrirá más de un brote, creándose una ramificación más densa y fina. Este sistema evita que haya que hacer poda radical y perder el trabajo de formación de años con demasiada frecuencia, al tiempo que permite obtener una mejor ramificación.
Ésta era la imagen del árbol tras comprarlo en el vivero y podarlo drasticamente...

...y éste el aspecto que tenía un año después.

 
Imagen del árbol tras un corte completo de ramas para provocar la aparición de yemas en la madera.

Imagen de una rama completamente podada y una vez abiertos los nuevos brotes.

Este año de 2011 después de la brotación...

...y tras el alambrado y limpieza de hojas antiguas, ya innecesarias. Su altura altual es de 65 cm.

Ésta es la imagen de la pequeña figura que decora la maceta. Se trata de un dragón de madera haciendo cabriolas que conseguí en un viaje a China.

Imagen del nebari

Otra imagen del tronco, de casi 20 cm de diámetro, pero sin un arranque excesivamente atractivo de las raices.




lunes, 9 de mayo de 2011

Trabajos en un árbol de júpiter (Lagerstroemia indica)

Este árbol era un árbol de jardín que fue descartado de su ubicación y que yo decidí trabajarlo como bonsai. En general el Lagerstroemia indica no es un especie excesivamente alta, en torno a los 3 m; el espécimen con el que yo trabajé no alcanzaba aún los dos metros. A finales del invierno de 2009 decidí descubrir las raíces y hacerle un corte radical, dejando los tres troncos que salían desde la base; su altura era de unos 65 cm y su edad aproximada de unos 15 años. Lo planté en una pequeña bandeja de entrenamiento y esperé el resultado, con la intención de cultivarlo en el estilo de tronco múltiple.
El árbol estaba muy sano y fue capaz de sacar múltiples brotes directamente de la madera. Fui seleccionándolos y, cuando fue posible, los fui alambrando para dirigirlos de la forma que consideraba más adecuada para su formación futura. De las grandes ramas que salían del tronco central, consideré necesario cortar una de ellas que se cruzaba con los otros troncos, afeando el perfil del árbol. No obstante, hice un corte conservador, eliminado la parte que se cruzaba y haciendo un yin con el remate; puede que en el futuro, cuando tenga clara la estructura del árbol, al ver el desarrollo de las ramas que van brotando, la elimine por completo.
Este año de 2011 lo he trasplantado a otra maceta y observo como la selección de brotes está permitiendo entrever lo que será su futura estructura.

Tal y como quedó tras el corte radical.


Brotes de la primera primavera


Estado actual, a principios de mayo de 2011

domingo, 8 de mayo de 2011

Trabajos con un castaño de indias.

En 1980 plante una semilla de un castaño de indias (Aesculus hippocastanum). La hoja de este árbol en la naturaleza es enorme, llegando a tamaños de más de 30 cm. Por ello era fácil suponer que no podría ser un buen bonsai. Sin embargo, este año, después de más de 30 años de cultivo me empiezo a sentir satisfecho del resultado. Esta año la hoja del árbol de 3 a 5 cm nada más. La forma de conseguirlo ha sido limitando el desarrollo de la yema terminal, que tiende a ser la única que se abre al año siguiente. He cortado la gran yema que se forma en el otoño al final de la rama en dos terceras partes. De este modo consigo que se desarrollen yemas casi dormidas no situadas al final de la rama y que la del propia remate dé lugar a otra yemas menores.


El árbol tiene ahora 60 cm de altura


Aqui se ve la formación del nebari, con una buena distribución de sus raices.

sábado, 7 de mayo de 2011

Bonsai colección 2010

Me llamo Javier Neila y me dedico a la arquitectura bioclimática, y siempre he estado cerca de la naturaleza y del medio ambiente. Probablemente eso me llevó a empezar a cultivar bonsai, hace ya más de 30 años, cuando casi nadie lo hacía en España, o al menos no había ninguna referencia sobre ello.
Esta es parte de mi colección de bonsai. He sido básicamente autodidacta, formándome con las pocas publicaciones que en aquellos momentos se podían consultar.
Iré colgando los trabajos interesantes que vaya haciendo sobre mis árboles.



Pinus pentaphylla, 2009, 35 cm, 15 años



Acer buergerianum, 2008, 40 cm, 17 años


Punica granatum nana, 2008, 18 cm



Olea europaea sysvestris, 2006, 15 cm, 19 años


Ginkgo biloba, 2008, 35 cm, 32 años


Acer palmatum, 2010, 45 cm, 10 años

Juniperus japonica 2008, 20 cm, 15 años


Olea europaea, 2006, 25 cm, 18 años


Ficus carica, 2009, 28 cm, 17 años



Malus halliana, 2006, 45 cm, 15 años


Arbutus unedo, 2008, 45 cm, 13 años

Rhododendron ferrugineum, 2010, 15 cm, 5 años


Fraxinus excelsior, 2009, 12 cm, 29 años

Picea abies, 2008, 45 cm, 37 años

Acer negundo, 2008, 45 cm, 29 años

Acer campestris, 2008, 39 cm, 27 años

Celtis australis, 2009, 50 cm, 25 años

Buxus harlandii, 2009, 12 cm, 11 años

Ulmus pumila, 2008, 35 cm, 29 años

Ulmus pumila, 2008, 40 cm, 29 años

Fraxinus excelsior, 2009, 50 cm, 29 años


Fraxinus excelsior, 2008, 35 cm, 29 años

Ficus retusa, 2008, 35 cm, 17 años

Populus nigra, 2009, 28 cm, 5 años

Betula pendula, 2009, 14 cm, 7 años

Betula pendula, 2008, 30 cm, 7 años


Taxadium distichum, 2009, 45 cm, 10 años
Cupresus sempenvirens stricta, 2009, 25 cm, 8 años

Juniperus squamata "blue star", 2009, 2o cm, 13 años


Pinus pinea, 2010, 45 cm, 11 años

Lagerstroemia indica, 2009, 45 cm, 19 años

Fagus sylvatica, 2009, 55 cm, 12 años

Acer opalus, 2009, 40 cm, 8 años