domingo, 26 de junio de 2011

Trabajos en un arce negundo

El negundo (acer negundo) es un arce muy poco frecuente como bonsái, a presar de que resulta muy fácil cultivar sus semillas. Hoy en día es muy frecuentes en las ciudades , por lo que están muy acostumbrados a nuestros climas y contaminación.
El motivo por el que no se suele cultivar es por el gran tamaño de su hoja compuesta. Es una hoja con entre tres y siete foliolos, difícil de reducir, con un peciolo también excesivamente largo; en estado natural puede llegar a medir 25 cm.
Este árbol lo he cultivado desde la semilla original que planté hace 19 años. En este tiempo he logrado reducir notablemente el tamaño de la hoja (actualmente ninguna supera los 10 cm, contando el peciolo) y darle un aspecto interesante de bonsái. Mi mayor logro con este árbol es su nebari, que en mi opinión está muy logrado, desarrollándose de una forma muy uniforme en torno al tronco; esto parece un objetivo razonable cuando se cultiva al árbol desde semilla. En la actualidad su altura es de 57 cm.
Un recurso que utilizo para disminuir la aparecía de sus hojas es cortarles el foliolo central a aquellas especialmente grandes o que se desarrollan hacia puntos que afeen al árbol. Dado que en este bonsái son únicamente tres los foliolos que desarrolla, sólo quedan los dos laterales.
El sustrato en el que crece es una mezcla al cincuenta por ciento de akadama y arena de río, y crece en un lugar muy soleado y ventilado.

 Imágenes del nebari.
 Una pequeña tortuga china adorna su base.
 La pequeña hoja de tres foliolos de este bonsai...
 ...y el aspecto que toma tras haberle recortado el foliolo central.
Aspecto del árbol en el verano de 2011.

sábado, 11 de junio de 2011

Trabajos en un pino piñonero

Recuperé este pino piñonero (pinus pinea) de la naturaleza en 2006; tendría unos seis años aproximadamente en ese momento y un aspecto poco prometedor, pero respondía a mi interés por trabajo con esta especie autóctona. Lo dejé crecer durante dos años en una maceta de entrenamiento grande hasta que vi que se recuperaba y que se desarrollaba como para empezar a darle forma.


Un año después de ser recuperado (2007) creciendo en una maceta de entrenamiento.

Al principio sus ramas eran escasas y no mostraban posibilidades claras de futuro. Sin embargo, el árbol creció con vigor y la rama más baja, que había reservado como la primera rama, se desarrollo correctamente.


Otoño de 2008

Como se ve en la foto, en otoño de 2008, las ramas eran vigorosas y estaban densamente pobladas de agujas. Ya en este momento había empezado a seleccionar las ramas que quería mantener. Yo soy conservador en esa fase del trabajo y prefiero no cortar demasiadas ramas, no porque no sepa cuáles quiero conservar y cuáles no, sino por el temor de que aquellas que he conservado pudieran secarse o desarrollarse mal y dejar el árbol completamente indefenso. Por eso prefiero hacerlo lentamente y no cortar una rama secundaria hasta que la rama elegida crece bien.
También empecé a seccionar las yemas que quería que se abrieran al año siguiente, pero sin recortar las ramas drásticamente, lo que me parecía prematuro. Suelo dejar dos en la punta y todas las que hay más atrás, evitando las opuestas.
A finales del verano de 2010 decidí trabajarlo de una forma ya completamente ortodoxa. Al abrirse las nuevas yemas eliminé las agujas antiguas para que la luz llegará a las ramas interiores. Realice un nuevo corte de ramas eliminables y alambré la mayor parte de ellas,  Al finalizar el verano recorté las ramas seleccionado unas pocos aguas nuevas del año; de este modo la rama se acorta de cara al desarrollo del año próximo y produce yemas no sólo en el extremo. Lo hice nada más en la rama inferior, suficientemente larga, pero no en las ramas superiores, ya que allí quería dejar el crecimiento rápido de algunas de las ramas dejando que se alargaran plenamente con sus yemas finales, que siempre son más fuertes que las que salen en segunda opción después de la selección de agujas, que son más débiles y adecuadas para ramas ya formadas que no queremos que crezcan demasiado rápido.




Otoño de 2010

El árbol ya estaba tomando el aspecto que quería darle. Ligeramente inclinado hacia la izquierda, con una primera rama desarrollándose hacia la derecha, creando un equilibrio imaginario de pesos. Para que haya un equilibrio formal y visual en el árbol, es necesario que crezca una segunda rama potente por la izquierda y que cuelgue, creando un contrapunto con la rama del otro lado. El ápice aún no estaba muy definido, ya que dudaba entre dos ramas.
Este año de 2011, después de un crecimiento perfecto de las yemas, tanto las que están en las ramas que no había recortado, como en las recortadas, me ha permitido trabajar aún más la forma.



Verano de 2011 antes de empezar a trabajarlo.

Lo primero que hice este año fue eliminar las agujas del año anterior para permitir que el árbol se aireará y que recibiera luz. A continuación alambre las ramas, y curvé con un cable la segunda rama, la que se desarrolla hacia la izquierda para que bajara y equilibrara el perfil del árbol. Las ramas del siguiente estrato han crecido hacia la derecha y siguen ofreciendo los contrapuntos visuales que necesita el árbol.
Aún tendré que eliminar varias ramas, alguna de ellas gruesa, pero lo dejaré para otro año. Igualmente, para el año próximo, cuando haga un recorte de raíces, elegiré una nueva maceta más acorde con su porte actual. Por otro lado sigo teniendo dudas sobre la rama que utilizaré para el ápice.


Estado actual del pino