En 1980 plante una semilla de un castaño de indias (Aesculus hippocastanum). La hoja de este árbol en la naturaleza es enorme, llegando a tamaños de más de 30 cm. Por ello era fácil suponer que no podría ser un buen bonsai. Sin embargo, este año, después de más de 30 años de cultivo me empiezo a sentir satisfecho del resultado. Esta año la hoja del árbol de 3 a 5 cm nada más. La forma de conseguirlo ha sido limitando el desarrollo de la yema terminal, que tiende a ser la única que se abre al año siguiente. He cortado la gran yema que se forma en el otoño al final de la rama en dos terceras partes. De este modo consigo que se desarrollen yemas casi dormidas no situadas al final de la rama y que la del propia remate dé lugar a otra yemas menores.
El árbol tiene ahora 60 cm de altura
Aqui se ve la formación del nebari, con una buena distribución de sus raices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario