En junio de 2017 subí una entrada de los trabajos que estaba
realizando en un Tulipero de Virginia (Liriodendron tulipifera), donde contaba la técnica que había experimentado para intentar
reducir el tamaño de las hojas y, sobre todo, de los peciolos. Básicamente consistía
en eliminar todas las yemas poco tiempo antes de la brotación, dejando sólo
madera dura. Lo he vuelto a realizar este año dejando sólo la madera y de nuevo
he tenido éxito. No solamente han salido hojas y peciolos más pequeños sino que
se han abierto yemas dormidas del interior de la rama. Aunque no hayan sido
brotes muy frondosos, dado la debilidad de la yema, ha permitido aumentar la
frondosidad el árbol. Es muy importante no dejar ninguna yema en cada rama ya
que eso no ayudaría despertar las yemas dormidas. Sin embargo, si hay ramas que
queremos asegurar que se desarrollen convencionalmente podemos dejarlas sin
tocar.
Las dos fotos que pongo juntas son la del año pasado y la de
éste para que se vea que los cambios no son muy grandes, pero que ahora ya se
aprecia una estructura de árbol más clara y algo más frondosa.
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