jueves, 21 de febrero de 2013

Bonsái de mirto (2)




Recreación

 
Como continuación de mi entrada sobre el mirto, he comenzado la nueva etapa de transformación de este mirto. Su desarrollo en la maceta de entrenamiento, tras sacarlo de la maceta en la que estaba en la terraza donde lo tenía, ha sido muy bueno. Me propuse pasarlo a una maceta muy plana y continuar con la densificación del follaje a lo largo del 2013.

La primera etapa ya la he realizado. He procedido a un cambio de maceta; la que he usado no es exactamente la que dibuje en la recreación que se ve en la imagen, pero me voy acerando a ella. 
Para poder hacer el cambio de maceta, dado que el cepellón no llega aún hasta los bordes y no se puede sujetar la  tierra del perímetro, he tenido que utilizar la técnica de crear un falso borde con arcilla doméstica, que quedará tapado con el musgo. Cuando el cepellón sujete esa tierra podré eliminarlo tranquilamente. 
En la siguiente foto se ve el cambio de geometría al que quiero someter al cepellón del árbol. Considero que no hay ningún riesgo para la salud del bonsái en esta operación. En la foto inferior se ve como previamente tuve que reducir el cepellón para ajustarlo a su nueva ubicación.




Como comenté, tuve que poner un cordón de arcilla en el borde de la maceta para poder contener el sustrato. Es fácil de manejar, pero conviene que en el proceso no se seque la arcilla porque se contrae y se vuelve quebradiza.






Una vez realizada esta operación coloqué la mallas que tapan los agujeros de drenaje y los alambres con los que sujetaré el cepellón del bonsái, dada su inestabilidad en este momento; con el paso de los meses, el desarrollo de las raíces será suficiente como para darle estabilidad. El material que utilizo para tapar el hueco de drenaje, y al mismo tiempo permitir la evacuación del agua, es la malla en la que se venden cebollas o ajos; es gratis e igual de eficiente que las que venden en los viveros, específicas para bonsái. 




 Como sustrato utilicé una mezcla casi totalmente compuesta con akadama, con una muy pequeña proporción de arena, para que al estar muy aireada puedan crecer las raíces con rapidez.


En las fotos inferiores se ve como sujeté el cepellón con los alambres.




 El árbol con el sustrato ya colocado y bien picado con el palillo para que la gruesa akadama llegue a todas partes. 
La imagen final, una vez cubierto todo con musgo, incluso la arcilla. Deberé mantenerlo húmedo durante este tiempo para que el musgo se agarre bien a la arcilla. Esta es una época en la que aún no hace mucho calor y lo podré conseguir fácilmente. En un año comprobaré el desarrollo de las raíces y, probablemente, quite el cordón de borde.



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